Crónica de Carles Duran
Como cada año, y ya van cuatro con éste, he usado la marcha de Cervera para ver mi estado de forma y "testarme" para lo que resta de temporada. Resumiendo: si el próximo domingo en la Rutes del Montseny vuelvo a sufrir como hoy, para mí este año se han acabado las marchas hasta que la pequeña Martina me deje dormir al menos seis horas seguidas, porque dormirlas de dos en dos no es lo mismo.
Madrugón y viaje dando cabezazos del sueño que tenía. En Jorba el termómetro marca 2.5 grados, eso sí, positivos. En la salida llego y marca ocho grados. Frío, aunque muchos salen de corto con manguitos. Yo me abrigo bien de manos y cuerpo para no pillar un catarro del quince.
La ruta, como el año pasado, se hizo pasando por Talavera, Santa Coloma de Queralt, la Panadella, Jorba, Rubió, Alt de les Maioles, Calaf, Pinós, Biosca, Sanaüja, Guissona y Cervera. 166 kms a una media de 29 para acabar la marcha en 5h48, 24 minutos más que hace un año. Cabe decir que sufrí como un perro para no perder los grupos y menos mal, ya que los últimos treinta kms en un grupo de unos quince conseguimos llegar pero, en el último kilómetro antes de meta (repechón), me descolgué para no salpicar al grupo con mis "lágrimas". ¡¡Qué mal lo pasé!!
Ya en meta, meto la bici en el coche y directo a la ducha. Volví a usar las destinadas a mujeres con el fin de no hacer cola en la de los hombres jejeje. Eso sí, primero llamé por si había alguna dentro... Luego me puse a comer y beber en la terraza que habían montado con un sol a 20 grados que me dejó como nuevo, aunque las piernas me dolían un montón.
En fin, primer test muy malo. A ver qué me deparan las dos próximas citas, Rutes del Montseny y pedalada BTT en Cabrils.
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