Interesante la excursión del pasado domingo que nos llevó a Castellbisbal para estrenar las puntuables del mes de septiembre. El grupo que salió para hacer la variante -Xavi Vilanova, Carles Garrido, Òscar, Pepe, Fitó, Pere, Asun, José Luis y Rubén- estuvo acompañado por el antiguo socio y figura mediática Marc Cabezos, garantía de diversión en la carretera y a la hora del desayuno.
El recorrido era inédito y nos llevó a ascender las dificultades más famosas de la sierra de Collserola. Ya de salida fuimos a buscar la Arrabassada por un atajo con unos porcentajes interesantes para ir calentando. Por lo que nos comentó Pere, se ve que meten a los novatillos con el camión de bomberos por esa calle para putear un poco...
Ya pronto nos quedamos en vanguardia del grupo Xavi, Carles, Pere, Rubén y un batallador Marc que, fiel a su estilo, iba tensando la cuerda y pegando palitos. Subimos agrupados a un ritmo rápido hasta el cruce que lleva a Sant Cugat y, cuando giramos hacia el Tibidabo, la cosa se aceleró hasta llegar al cruce del parque de atracciones, descolgándose Marc unos metros.
Reagrupamos y bajamos hasta Vallvidrera para ascender la Creu d'Olorda por la vertiente de Barcelona. La jornada era óptima para la práctica deportiva ya que eran poco más de las 9:30 horas y el día estaba despejado pero la temperatura no excedía demasiado de los 20 grados. Había que abrocharse el maillot en las bajadas. No fuimos los únicos en disfrutar del día ya que nos cruzamos con un montón de ciclistas que ya pedaleaban a estas horas.
Aquí en la Creu nos quedamos el mismo grupito, siendo el señor Garrido el que dio una exhibición en los últimos metros de ascensión demarrando con el plato grande (de 52 dientes, nada de compacts) y dejándonos atrás al resto.
Bajamos tranquilamente y reagrupamos en Molins de Rei. Ahora con más calma fuimos por El Papiol donde Òscar y Marc (cómo no) movieron un poco el cotarro. Desvío hacia Castellbisbal con más subida pero mucho más llevadera y nos cruzamos con los socios que hicieron la salida normal, que ya volvían a Barcelona.
Como siempre almuerzo muy animado en el casino de Castellbisbal hablando de lo divino y de lo humano y alegrándonos la vista con unas mozas que se iban de boda y estaban tomando un cafelito (o un copazo, ves a saber) antes de ir a la ceremonia. Por cierto, Òscar y Pepe pidieron unos callos que no fueron homologados... y es que ¡¡el listón de Llavaneres está muy alto!!
Para volver bajamos de nuevo hasta Rubí y continuamos por Sant Cugat y Cerdanyola para entrar a Barcelona por el Forat del Vent. Esta última dificultad la subimos a un ritmillo asequible aunque los excesos del día pasaron factura al amigo Marc y quedó descolgado del grupo. ¡Hay que entrenar más!
Arriba nos reagrupamos y nos hicimos una foto de recuerdo. Ya sólo nos quedaba bajar hasta Horta y, desde aquí, cada mochuelo a su olivo después de una divertida matinal de ciclismo.
Aquí unas fotos más gentileza de Òscar...
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