Crónica de Emilio Cebrián
Sábado 18
El sábado a las 6:20 de la mañana quedamos en el punto habitual desde donde sale el club, calle Navas esquina calle Guipúzcoa. En el coche de Joaquín cargamos las siete máquinas y en el mío y el de Juan Alarcón cargamos las maletas y demás enseres...
En el primer coche iban Juan Alarcón, M. Carmen, Francisco Zorrilla y Silvia. En el segundo, Joaquín Mallenco y Juan Fitó. Y en el tercero, Emilio, Esther, Montse y Antonio Nuño. A las 6:40 nos ponemos en ruta...
La salida de Barcelona se hace sin apenas circulación, así que no perdimos nada de tiempo. Cogimos la NII. Todo el viaje estuvo tranquilo. Al llegar a la Panadella, parada técnica para tomar un cafecito y poner gasofa.
Después de un cuarto de hora volvimos a ponernos en marcha, pasamos Fraga y en Pina entramos a la autopista. La circulación empezaba a ser ya más densa ya que eran las 10:05. A las 10:30 estábamos en el Hotel La Romareda.
Entré a preguntar si tenían alguna de las cinco habitaciones listas. Nos dijeron que sí, así que descargamos las bicis, los paquetes y los distribuimos en las habitaciones.
Una vez ya descargado todo, volvimos a los coches para ir al centro comercial Alcampo donde estaba situado el punto de recogida de dorsales para la Ruta del Vino.
Ya estamos en el centro comercial, fue fácil verlos con la carpa que tenían montada. Recogimos el sobre con el dorsal de cada uno y sus bridas correspondientes, la hoja de ruta y el boletín del Club Ciclista Ebro, firmamos en el poster de la carrera y nos dieron una bolsa que en interior contenía una botella de vino tinto de Cariñena, un bidón de Coca Cola o Aquarius, propaganda de la ciudad de Zaragoza y varios caramelos.
Nos despendimos de Adolfo, que es el organizador de la ruta. Cogimos los coches y nos fuimos a comprar a La Almunia de Doña Godina, pueblo situado a 50 kilómetros de Zaragoza. Allí entramos en un pequeño súper llamado Cosanse donde está todo a muy buen precio. Compramos garrafas de aceite de cinco litros, olivas negras de Aragón y, como no, las típicas frutas de Aragón. Con todo ello ya eran las 13:10...
Como soy muy previsor, ya tenía encargada hace una semana la mesa para diez a las 14:00 en el restaurante El Mesón que está en el pueblo de Almonacid de la Sierra, a 12 km de La Almunia.
Ya estamos en Almonacid. El calor que hacía era para cocer huevos. Entramos al restaurante y, mientras hacíamos tiempo, nos pedimos unas cervezas, Coca-Colas y olivitas rellenas. En este restaurante se come de muerte. Además te ponen una gran cantidad de comida que no tienes narices para acabarla y, lo mejor de todo, es el precio.
Entramos y nos sentamos en la mesa. Al momento viene la camarera, quien nos pregunta si queremos el menú, la carta o el menú de los 20 platos... Nos miramos todos y decimos "menú". Entonces la camarera nos recita una lista de platos que, cuando la acabó, ninguno de nosotros se acordaba el primer plato que nos dijo!!!, jajaja. Muy amablemente la repitió de nuevo. Ahora sí está claro y fuimos pidiendo.
Pasó al segundo plato y lo mismo. Antonio Nuño le preguntó dónde estaba leyendo eso. Ella se ríe y le dice que lo tiene todo en la cabeza. No veas qué otra lista de platos tenían de segundo.
Mientras esperamos nos trajo una cacerola de sopa de entrante. ¡Dios, qué buena estaba! Le pedimos una segunda cacerola...
El precio total incluyendo las sopas, el primer plato, el segundo, los postres, los cafés, los chupitos y la consumición que tomamos en el bar fue de 137 euros.
Acabamos de comer que serian las 16:00 más o menos, así que nos fuimos a Cariñena a comprar vino. Compramos garrafas de cinco litros de tinto, paquetes de tres botellas para regalo y va Joaquín mallenco y se pilla una caja de seis botellas, jajajaja.
Cuando salimos de la bodega y cargamos las botellas en el coche, llega una pareja de la Guardia Civil de moto escoltando a dos coches. Vaya puro que les metieron a los dos. Nosotros nos hicimos los locos, nos montamos en los coches y nos fuimos a Zaragoza.
Ya estamos en el hotel. Subimos a las habitaciones y quedamos a las 20:30 en la recepción para ir a cenar algo. La verdad es que nadie tenía mucha hambre después del comilón, jajajaja.
Algunos aprovechamos el tiempo dejando las máquinas listas, pusimos los dorsales, etc... Otros a ducharse y estirarse un poco. Son las 20:30, ya estamos todos en la recepción. Salimos del hotel y fuimos a tomar algo.
Detrás del hotel había una zona de bares. Por lo menos había cinco juntos. ¿A cuál vamos? ¡A ése! Pues a ése mismo...
Y así fue. Nos sentamos, pedimos unas cervecitas y coca colas. Francisco les preguntó si hacían bocadillos, así que nos trajeron una carta... De no tener hambre, acabamos cenando todos, jajajaja.
En la terraza se estaba de muerte. Qué fresquito corría. Pero no podíamos estar mucho más tiempo allí, ya que al día siguiente nos tenemos que levantar otra vez pronto para la marcha cicloturista.
Juan y Emilio fueron a coger los coches y meterlos en el parking. Cuando llegan a la recepción allí estaba Francisco mirando por internet algo de ciclismo. Silvia, M. Carmen nos esperaban. Hablamos un poco y nos fuimos a dormir. Entramos los cinco en el ascensor y va y se estropea. Jejejeje.
Nos quedamos los cinco encerrados. Activamos la sirena para que nos saquen. El ascensor por suerte aún está en la planta baja. Se abren las puertas y todos fuera. Venga, vamos al otro ascensor pero esta vez subimos de dos en dos no vaya a ser que se estropee también.
Domingo 19
Son las 6:45 de la mañana. Estamos los siete en la recepción esperando que nos abran el comedor para poder desayunar algo antes de ir a la marcha. Abren el comedor entramos y empezamos a prepararnos los desayunos.
Ya son las 6:55 y faltaban cinco minutos para la salida. Corre, corre, que llegamos tarde. Al llegar a la salida hay muchos ciclistas pero todo estaba en calma. Bufff menos mal que nos ha dado tiempo...
Estando allí veo a participantes con los que he tenido el placer de rodar a su lado otros años. Son ciclistas de Donostia, de Madrid, de Zaragoza, del Club Ciclista Ebro,... Me alegra un montón el poder verlos y saludarlos nuevamente.
Por fin llega la hora de la salida, eran las 7:12. El motivo del retraso fue que la Guardia Urbana se durmió, jajaja.
Hacen el corte de la cinta para abrir la marcha y las fuerzas del orden abren la circulación y se ponen en cabeza de carrera. No hemos andado cien metros que el coche patrulla de la Urbana se equivoca de calle. No veáis qué risas. Todo el mundo decía: "ese TONTON que no funciona..."
Vamos saliendo de Zaragoza en un pelotón agrupado, pero cada vez se va cogiendo más velocidad. No habíamos hecho ni cinco kilómetros y ya estábamos rodando a 35 km/h, picando hacia arriba y con aire en contra.
Eso produjo una escabechina en la marcha que no veáis, se formaron cuatro grupos. Cuatro de nosotros nos quedamos en el segundo grupo y tres de los nuestros pudieron seguir al primer grupo... que luego pagarían ese esfuerzo adicional.
En nuestro grupo los únicos que daban relevos y que llevaban al grupo a una velocidad de 25 a 27 km/h eran Francisco y Emilio, el resto chupando rueda. Había ciclistas que no podían darnos ningún relevo pero había unos mamones que si podían y pasaron de todo. A falta de tres kilómetros para el primer avituallamiento (líquido) y reagrupamiento, que está situado en la población de Longares, nos dan un palo seis tíos que nos dejan allí tirados. ¡Qué cabrones! Me fijé bien en ellos para devolverles el favor más adelante...
Cuando estamos en el avituallamiento, vienen varios de la organización a Esther a meterle la bronca que por qué las chicas habían roto la carrera. Esther se quedó perpleja. Les dijo que ella no tenía nada que ver, que iba en el segundo grupo, que se lo dijeran a las otras dos. Resulta que las otras dos chicas, son sudamericanas y son pros o se lo creen y la cosa es que partieron la marcha.
Pero a partir de allí se acabó. El coche ya no pasó de una velocidad y no dejó a nadie apretar, ni irse... Fuimos todos rodando de Longares a Cariñena a una velocidad de 28-29 km/h. De Cariñena a Encinacorba, como picaba hacia arriba, el coche aceleró y nos dejo que cada uno subiera a su ritmo...
Allí fuimos cogiendo a los que fueron en el primer grupo, jijiji. Vi a los que me hicieron "el favor", así que me puse a su par, fui subiendo el ritmo muy lentamente para desgastarlos. Se juntaron dos chavales mas del CC Zaragozano y los tres fuimos incrementando el ritmo hasta que los perdimos, tomaaaaaaaaaaaaa.
Me encontré con Francisco y fuimos los dos juntos hasta entrar a Encinacorba. Allí me encuentro a un amigo de mis padres y paré a saludarlo, mientras Francisco va subiendo y ya no me ve. Coñe, dónde se ha metido Emilio...
Del pueblo de Encinacorba a Aguaron es un rompepiernas soportable, pero de Aguaron a Cosuenda es el rompepiernas duro. Allí están los dos mortirolos que joden al personal y algunos tienen que poner pie en tierra.
Cuando pasamos por Cosuenda empiezo a saludar a la familia y amigos que están viendo pasar la marcha. De Cosuenda a Almonacid de la Sierra es otro rompepiernas pero más llevadero y no tan duro. Por fin, Almonacid de la Sierra segundo avituallamiento (sólido y líquido).
Allí se hace un parón y todos a comer jamón, queso, sandía, melocotón, etc. Beber Coca Cola y nosotros al vinito con porrón, doping, doping, jajajaja.
Llega la hora de partir de nuevo... Salimos de Almonacid a Alfamen con una bajada tendida donde llegamos a coger los 60 km/h.
De Alfamen a Longares la carretera está en mal estado, muy rugosa y picando hacia arriba. El sol ya estaba calentando de lo lindo pero como corría un poco de aire y éste era fresquito no se notaba mucho. Esther subía a ritmo, consiguiendo pasar a un grupo de cinco o seis ciclistas que ya no pudieron darle relevo, con lo que acabó la subida tirando de ellos. Al coronar, uno de ellos le pidió disculpas por no relevarla, pero iban justos de fuerzas.
Cuando llegamos a Longares en el cruce de la carretera nacional, se hace un reagrupamiento para poder cruzarla todos juntos. Por fin llegaron los últimos. Les esperamos unos diez minutos.
Reanudamos la marcha, cruzamos la nacional y el pelotón pone rumbo a Zaragoza. Los siete componentes del equipo CCP están juntos en medio del pelotón, con un ritmo de 42km/h con aire en contra. Rodando por la nacional el ritmo se va incrementando, 44, 46, 48, 49 km/h... pero dentro del pelotón no se nota.
Al final llegamos al último de los avituallamientos (líquido) y reagrupamiento de la marcha. Está en el polígono industrial donde tiene el almacén los patrocinadores del Club Ciclista Ebro, Mármoles y Granitos GARBEL, S.A. Zaragoza está tan sólo a 9 kilómetros.
Se reanuda la marcha y la Guardia Civil nos va abriendo paso, todos los coches a la cuneta. Entramos a Zaragoza y llegamos a la zona universitaria. Allí es el punto habitual de la entrega de trofeos.
Esta vez se hizo la marcha en un tiempo record. Eran las 13:15 cuando lo más normal hubiera sido llegar a las 14:00.
Una vez que dejamos las bicicletas apoyadas, nos fundimos en abrazos por haber acabado la marcha bien y sin ninguna incidencia.
Llega la hora de la entrega de premios y nos llevamos el trofeo al club más lejano, trofeo a club con más de cinco miembros, trofeo a la chica más veterana (Esther) y trofeo a la participación de chicas (Esther).
Aparte del recuerdo individual para cada uno de los participantes... Una vez recogidos los trofeos y hechas las fotos de rigor, nos fuimos al hotel a ducharnos. El Hotel Romareda se portó muy bien con todos nosotros, tal como ha hecho siempre. Nos cedió una de nuestras habitaciones, nos suministró siete toallas, jabón para todos y nos duchamos la mar de bien.
Mientras algunos estábamos duchándonos, el resto que nos esperaba, les preguntamos a las chicas de recepción dónde podíamos ir a comer. Nos recomendaron un restaurante que está a pocos metros del hotel. Juan Alarcón se acercó y reservó una mesa para diez a las 15:15 de la tarde.
Ya duchados, dejamos las bicis y las maletas en la consigna y nos fuimos a comer. El restaurante está muy bien y la mesa estaba delante de la televisión, así que mientras comíamos estuvimos viendo el Tour de Francia. Lo mejor de todo vino en el postre, al ver el hachazo de Contador a Armstrong.
Una vez acabada la etapa, fuimos al hotel a recoger las cosas, cargamos nuevamente los coches y pusimos rumbo a casa. Y a las 21:45 ya estábamos de nuevo en BCN.
Más fotos de la marcha en el blog de Esther y Emilio y en la web del Club Ciclista Ebro.
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