Segundo día en Suiza. Hoy tocaba un bucle clásico de la zona sin apenas un metro llano. El día no pintaba bien, con bastantes nubes amenazadoras pero sin demasiado frío.
De salida, el Furkapass, con sus 12 kilómetros al 7,3% de media. Este lo hemos subido tranquilos pensando en lo que nos quedaba. En el descenso paramos en el Hotel Belvedere a hacer fotos del paisaje y de las marmotas que ya se preparan para el invierno.
Bajada hasta Ulrichen donde, sin descanso, atacamos el Nufenenpass. Este era el puerto más duro del día, con 13 kilómetros al 8,5%. Paisajes alucinantes, con bastante nieve en las cunetas pasada la cota de los 2.000 metros. Arriba hacemos una cocacola rápida y bajamos hacia Airolo.
Aquí vemos un supermercado abierto y compramos dos barras de pan y seis tabletas de chocolate (suizo, ¿eh?) que nos comemos en la calle ante la atónita mirada de los peatones.
Después del piscolabis, iniciamos la subida al Passo San Gottardo, que tiene tres posibles variantes: por la autopista para los coches y camiones, por la carretera normal y por la que elegimos nosotros, la Via Tremola.
Como seguro habéis podido ver en fotos de la Vuelta a Suiza, se trata de un puerto cuya gran parte de sus 13 kilómetros están adoquinados, dándole un rollo clásico impresionante. Pues por allí lo subimos, disfrutando de cada metro. Sin duda uno de los mejores que hemos hecho.
Y ya desde arriba, descenso trepidante hasta Andermatt justo a tiempo para ver el final de la etapa del Tour.
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