Crónica de Emilio Cebrián
Salimos todos por la Meridiana. Era un grupo bien nutrido de componentes del CCP. Para que os hagáis una idea, éramos unos 18 socios.
Al llegar a la carretera de La Roca ya se marcan las diferencias. Se creó el grupo que iba hacer la variante y los que íbamos a la salida normal.
El ritmo del grupo B era bueno, más o menos a unos 27 a 30 km/h. El recorrido de ida no tuvo ninguna incidencia. A poco de llegar a La Roca se incorpora al grupo el Presi Jaime, que me pega un susto de muerte ya que iba el último y cuando llega a mi lado me grita. ¡¡¡Qué mamón!!! Seguimos todos juntos hasta llegar al bar y Jaime decidió subir el Collet para esperar al grupo de la variante.
Y como se ve en la foto, nosotros nos pusimos a almorzar en la terraza.
Poco después llegó el resto del grupo que hizo la variante por Òrrius y Dosrius. Nos juntamos en la terraza y, mientras estábamos comentando la salida, me suena el móvil. Era nuestro compañero Pedro Llorca:
Pedro: ¿Dónde estáis...?
Emilio: En Cardedeu, en el bar.
Pedro: ¿Qué hacéis allí?
Emilio: Pues almorzando, ¿dónde estás tú?
Pedro: ¡Estoy en Sant Feliu de Codines!
Emilio: Pero ¿qué haces allí?
Pedro: Pues he hecho la salida que tocaba...
Emilio: Pedro, te equivocaste. La salida que has hecho es la del domingo que viene, JAJAJAJAJA.
Pedro: ¡No me jodas! Vaya, dónde tendré la cabeza. Ya me extrañó que a las ocho no hubiera nadie en el Club.
Emilio: ¿Estás tú solo o hay alguien más contigo?
Pedro: Estoy solo...
Ahí quedó la anécdota. Acabamos de almorzar el grupo B y, cuando el grupo A pidió los cafés, nosotros fuimos tirando para BCN.
En la vuelta también se volvió también a buen ritmo: de 30 por hora no se bajaba.
Poco antes de llegar a la rotonda donde estaba el cuartel de bomberos de La Roca, nos adelantan los del Club Palomillas y allí se produjeron unos ataques. Saltó Jordi Martínez adelantando a todos y diciendo qué bien iba. Saltó Luis Montañés y empezaron a saltar todos y aquello ya era una batalla con los Palomillas. Así que yo no me pude resistir: metí plato, JIJIJIJI y... ¡¡toma palo para todos!! JAJAJA. Y cuando llegué arriba me dijeron ¡qué mamón! JIJIJI.
Y ya no se produjo ningún ataque más. La vuelta se hizo tranquila pero al final el grupo se cortó llegando a BCN y nos quedamos cuatro más retrasados: Esther, Joaquín, Francisco y yo.
Y una vez llegados a BCN, esperamos al resto de compañeros en la plazoleta de la fuente en los cuarteles, donde siempre. Nos juntamos todos en apenas cinco minutos.
Y una vez reunidos todos, cada mochuelo a su olivo después de una bonita matinal de ciclismo de Domingo de Ramos.
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