miércoles, 15 de abril de 2009

Ruta Morcillera 2009

Aprovechando los días festivos de Semana Santa, Rubén y otros componentes del club AC77 fuimos hasta tierras riojanas y castellanas para hacer cuatro etapas por aquella zona.

Las previsiones de tiempo eran muy malas en todo el norte de la Península, pero eso no nos impedió salir en bici y, por supuesto, hacer turismo gastronómico. La primera parada nos llevó hasta Logroño. Después de una copiosa cena a base de tapas y sus correspondientes vinillos en la calle del Laurel, el viernes nos levantamos y, como no llovía, fuimos a intentar hacer la ruta prevista, bajo unas amenazadoras nubes.

A unos 15 kilómetros de Logroño, tromba de agua de la que nos libramos al refugiarnos en un porche providencial. Cuando pasa la nube, nos dirigimos al Alto de Moncalvillo. Duro, muy duro y, para rematar, en los últimos kilómetros nos sorprende una señora nevada que, junto al agua que llevábamos encima y el frío, hizo bastante penosa la bajada. Como después seguía lloviendo decidimos volver a Logroño por la vía directa.

Después de una ducha reparadora, cogemos el coche para desplazarnos hasta Santo Domingo de la Calzada, segundo punto del stage.

Nuevo día encapotado pero nos echamos a la carretera para ascender la Cruz de la Demanda, que estaba impresionante gracias a las nevadas de los últimos días. Eso sí, el último kilómetro estaba intransitable y hubo que coger los piolets para llegar arriba.

Después de una gélida bajada con más lluvia, giro a la derecha y subimos hasta la Estación de esquí de Valdezcaray. No es una subida demasiado exigente pero, cuando falta algo más de un kilómetro, nos sorprende una impresionante ventisca. Reagrupamos en el bar de la estación ante la atónita mirada de los esquiadores y volvemos hacia el pueblo de Ezcaray y deshacer el camino hasta San Domingo, por una recta infernal con un fuerte aire en contra.

Y, por la tarde, último traslado hasta Quintanar de la Sierra, un entrañable pueblo en el corazón de la Sierra de la Demanda. El reto del domingo era hacer una etapa de 150 kilómetros con varios puertos de la zona pero una temperatura a las nueve de la mañana de dos grados y aguanieve cayendo insistentemente nos dirigió directos hacia las Lagunas de Neila, mítico final de etapa todos los años en la Vuelta a Burgos. Hasta el desvío en el Alto del Collado la cosa va bien, pero desde allí la carretera estaba cortada y otra vez tuvimos que sacar las cuerdas durante cuatro kilómetros para llegar andando hasta el cartel.

Como la cosa no tenía pinta de mejora, vuelta a Quintanar a dar cuenta de la reparadora gastronomía castellana mientras vemos la tercera victoria de Tom Boonen en la Roubaix.

Y el lunes de pascua, antes de volver a Barcelona, montamos un rápido recorrido de 60 kilómetros por la Sierra del Resomo, subiendo un par de puertecillos entre un impresionante bosque de pinos, con frío pero bajo un bonito sol que tanto se hizo de rogar los días anteriores.

1 comentario:

FRANK JIMENEZ dijo...

Para el próximo stage o raquetas o esquis de fondo , je je je.
A mi no me vereis que yo soy ciclista de verano