martes, 28 de abril de 2009

Excursión a Vallgorguina

Crónica de Emilio Cebrián

Eran las 7 de la mañana del domingo. El cielo está tapado pero no llueve, ¡¡¡BIEN!!!

A las 7:30 cae el primer chaparrón, eso sí, uno de esos finos que sólo moja un poco el suelo y nada más. A las 7:35 me llega un mensaje de Xavier para preguntarme qué tiempo hacia en BCN. Le dije que tapado pero sin lluvia. Me contesta que en Sabadell está igual y yo le digo que nosotros saldremos, pero no vamos a Vallgorguina porque el tiempo tiene muy mala pinta. La idea es ir a Arenys y él me dice que hará la variante si viene alguien más y que ya nos veremos en el bar.

Esther y yo salimos hacia el Club y me llega otro mensaje del socio Joaquín diciendo que no sale, así que los dos seguimos camino al punto de encuentro. Al llegar a la Meridiana nos encontramos a Jesús Nuño. Los tres vamos hacia el Club y en la calle Mallorca se une Pedro Llorca: ya somos cuatro. Al llegar al punto de reunión allí están Juan Alarcón, Antonio Nuño y Francisco Zorrilla con la mountainbike. ¡Éramos siete valientes que desafiamos al mal tiempo y la lluvia!

Como el día anterior, el aire estaba presente y soplando con ganas. La temperatura había bajado con respecto al sábado. Estábamos a 18 grados.

Francisco con la mountainbike no podía seguir el ritmo y se iba quedando. Esther y yo aflojamos y nos quedamos con él. El resto de compañeros fueron tirando. Al llegar a la rotonda que hay antes del centro comercial de Mataró, Francisco decide darse la vuelta porque no puede seguir el ritmo y eso que íbamos a 20 por hora, así que Esther y yo nos quedamos solos y p'alante. Al entrar en la zona industrial de Mataró nos encontramos al socio Jesús que se estaba limpiando las gafas porque no veía. Nos esperamos y fuimos los tres juntos.

A la salida de Mataró, en el cruce donde nos desviamos para hacer el Pollastre, estaba Antonio esperando a su hermano. Ya éramos cuatro unidades para llegar a Arenys. Juan y Pedro ya estaban allí.

Llegamos al Bar y sale el sol. Todos pensamos... ¿¿dónde estará la lluvia??

Pedimos los bocatas y, cuando estamos almorzando, pasan los de la variante, Xavier Vilanova, Pedro Martínez y Asun Manjón. Nos saludan y los tres siguen camino a Sant Pol.

Cuando estamos pidiendo los cafés y haciendo un poco de tiempo para que vinieran los de la variante, Antonio recibe una llamada advirtiéndonos de que en BCN está cayendo una tormenta de rayos y truenos que da miedo y encima cae piedra. Al momento llaman al móvil a Esther y es Francisco advirtiéndonos de lo mismo. Él no se libró, se mojó llegando a casa. Fue entonces cuando tomamos la decisión de volver ya a casa.

Cuando salimos del bar todavía no habían llegado los de la variante, pero viendo el panorama no podíamos esperar más.

Salimos. El aire sopla en contra y cada vez más fuerte. La cortina de agua se veía venir. Estaba sobre Mataró. Advierto a los compañeros que estemos atentos que la tenemos encima. Hacemos la rotonda de Llavaneres y, cuando enfilamos la recta hacia Mataró, les grito que el agua está encima. Se veía el mar hervir de tal como caía. Empiezan a caer las primeras gotas con fuerza a la altura de la gasolinera, así que chubasquero y a dentro de la misma. Nos refugiamos allí y si no éramos quince ciclistas no había ninguno :-P

¡No veas cómo caía el agua! Y el aire soplaba muy fuerte. Los socios Juan y Pedro no quisieron refugiarse y continuaron su marcha, un suicidio tal y como caía y con el fuerte vendaval que había. Cuando aflojó y la cosa se calma salimos, sólo habían pasado unos diez minutos.

Al llegar a Mataró le suena el móvil a Esther, pero no llega a tiempo a cogerlo. Lo mira y era el socio Joaquín Mallenco quien nos había llamado. Esther dice que ya le devolverá la llamada. Continuamos...

Los cuatro arrancamos y, a la altura de la rotonda pasada la estación de tren de Mataró, un coche que iba por el sentido contrario empieza a pitar. Le miramos y era Joaquín, que nos hace señas y nos dice que da la vuelta que le esperemos. Y así hicimos en la nave de la Harley-Davidson: Joaquín dio la vuelta y se reunió con nosotros allí.

El compañero, estando en casa tranquilo viendo las motos, ve lo que cae y decide vestirse, coger el coche e ir a buscarnos. ¡¡¡Eso no tiene precio!!!

Nosotros continuamos en bici y él fue acompañándonos todo el viaje. Al llegar a la "rotonda maldita" que hay antes de Montgat se colocó detrás nuestro y nos cubrió la entrada. Solo nos mojamos las piernas por estar el suelo mojado pero no por la lluvia.

Entramos en Badalona todos juntos y sin ningún incidente. Los coches respetaron las distancias y la gente se comportó cívicamente. ¿Por qué no será siempre así?

A la tarde envié un sms a Xavier para saber si ellos se habían mojado o no. Me contesta que sí y que, además, tuvieron que coger el tren. Ya contarán más cosas en su crónica...


Crònica de Xavier Vilanova

Diumenge només érem tres valents els que ens varem decidir a fer la variant sabent que la previsió era molt, molt dolenta: l’Asun, Pere i un servidor.

Després de creuar SMS i trucades amb l’Emilio per a saber el temps a BCN, em confirma que ells sortiran però que faran fins Arenys. Havia quedat amb l’Asun al pont del Besòs a Sant Adrià a les 8:40 h. Més trucades... comento que arribaré una mica tard. Em diu que ve amb el Pere i que allà m’esperaran. Arribo a les 8:45 h i no hi ha ni deu! Una altra trucada... estan a la fleca al costat de la boca del metro. Arribo, comentem la jugada a fer mentre acaben uns cafès i croissants de xocolata.

Passem per Arenys, veiem als de la normal esmorzant però continuem ja que pintava prou bé fins a Sant Cebrià de Vallalta on convencem al Pere per a parar. Esmorzem al Bar-Restaurant Martri, totalment recomanable pel servei i pàrquing de bicis inclòs, cafès i croissants de xocolata.

Al sortir ho veiem molt negre cap a l'interior. Decidim girar cua i tornar per la costa però, només sortir del poble, ens agafa la pluja. Ens posem impermeables i ens aixopluguem a la botiga-bar "pitch&putt".

Després de una estoneta, i veient que afluixava, decidim continuar cap a Arenys. Deixà de ploure i s’obre el dia. Decidim continuar però ens sorprèn un fort vent ratxejat. Al final decidim agafar el remuntador mecànic (nota de la redacció: també conegut com a TREN) a Caldetes... Arribem a BCN i un sol espatarrant, QUINS COLLONS!!!

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