Crónica de Emilio Cebrián
El domingo a las 7:30 estábamos en el punto de partida ocho socios. El día pintaba mal, estaba bastante tapado y hacía fresco.
A las 7:35 partimos. Cuando estamos saliendo por la Meridiana se nos unieron un par de socios más: ya éramos diez. Todos juntos en grupo y a una marcha de unos 22 a 25 km/h entramos a la carretera de la Roca. Pensábamos pasar frio y no fue así. La temperatura era fresquita pero soportable.
Al llegar a Martorelles, en la rotonda de entrada en el pueblo nos encontramos a otro socio, Pedro, que estaba hablando por el móvil. Ya somos once. Le preguntamos si iba todo bien y nos dijo que sí. Que salió con los de la variante pero que pasaba de subir el Coll Formic y se esperó a que llegáramos nosotros. El grupo de la variante estaba formado por cuatro unidades.
Sobre la marcha, a la altura de Vilanova del Vallès, Pedro llama a Jaime que venía detrás de nosotros y, poco antes de llegar a La Roca, le esperó.
El grupo continuó la marcha. Entramos a la autovía C-35 que lleva a Sant Celoni. Allí el día se despeja un poco. Sale el sol entre las nubes y el aire se pone en contra para tocar las narices. Entonces el grupo aprieta un poco más los dientes y el ritmo sube de los 25km/h a los 30km/h.
Llegamos al cruce que nos llevaría a nuestro destino. Allí hacemos un pequeño reagrupamiento y, cuando finalmente estamos todos, reemprendemos la marcha. Cruzamos la población de Santa Maria de Palautordera y, más adelante, Sant Esteve de Palautordera. En Santa Margarida almorzamos en el bar habitual.
En el bar había novedades: cambio de dueño. Estaba un chaval solo pero ¡vaya dominio tenía! Éramos tropecientos y el tío nos tenía a todos servidos al momento.
Al rato llegan Jaime y Pedro. Somos doce y a los diez minutos llega Juan Fitó, que se dio la vuelta cuando subía el Coll Formic, ya éramos 12+1. El pan de los bocatas estaba buenísimo.
Almorzamos, tomamos los cafés y los de la variante todavía no habían venido, así que no esperamos más y nos fuimos.
El regreso se hacía a una marcha muy buena y, con el aire a favor, estábamos rodando sobre los 40km/h. Cuando llegamos a la carretera de La Roca la velocidad disminuyó un poco a 35km/h. Al llegar a Montcada decidimos ir por el río y fue entonces cuando el aire giró en nuestra contra, pero ya estábamos en casa. El día seguía estando con sol y nubes, la temperatura seguía siendo fresquita y agradable.
Finalmente llegamos a BCN y cuatro socios nos fuimos a tomar la cerveza de rigor después de cada regreso.
Más fotos en el blog de Esther y Emilio.
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