El miércoles 15 teníamos traslado hasta la bonita y turística localidad de Grindelwald, a más de dos horas de coche desde Andermatt. El reto era subir dos muros infernales, el Grosse Scheidegg (10 kms al 9,10%) y el Männlinchen (13,5 kms al 9,90%).
Rajada general del sector barcelonés, que se quedó haciendo turismo. Por lo que nos comentan los mesetarios, los puertos durísimos, especialmente el Männlinchen.
De vuelta a Andermatt, en Brienz, paramos para que Mario subiese el Axalp, otro "murete" de 10 kilómetros al 9,70%. Mientras el resto nos quedamos degustando unos capuccinos y unas cervezas en una terraza a pie del lago Brienzer See.
Y ya en casita, cena y a descansar del tute que al día siguiente tenemos etapa reina...
1 comentario:
que gusto y envidia veros tan tapados y con manguitos.
Aqui el calor nos esta fundiendo
saludos
Por cierto vaya puertacos, lastima que con esos nombres no hay quien se acuerde, je je je
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